Psiquiatría Infanto Juvenil
Es una especialidad médica que se enfoca en el diagnóstico y la terapia de los desbalances del pensamiento, las emociones y/o comportamiento que influye a los niños, adolescentes y sus familias. Un psiquiatra especialista en niños y adolescentes les brinda a las familias los beneficios de haber obtenido una educación médica, los hábitos médicos de la ética profesional y la responsabilidad médica de brindar cuidado comprensivo.
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Evaluación Y Manejo De Psiquiatría Infanto Juvenil
Es el mismo tratamiento que se requiere para concluir un diagnostico adecuado a la evaluación para niños y adolescentes. Son preguntas médicas enfocadas en el desarrollo neurológico y psicomotriz del infante o adolescente y, adicionalmente, enfocado en la dinámica familiar del paciente. Finalmente, se llevará el tratamiento correcto según el diagnostico que puede ser psicofarmacológico y/o psicoterapéutico.
Preguntas y Respuestas
A través de una historia comprenderás mejor la necesidad de un Psiquiatra infanto juvenil
Esta es la la historia de Mateo: un niño excéntrico y con mucha energía
Para los padres de Mateo, su hijo siempre fue un niño con actitudes particulares y, algunas veces, algo tiernas. El pequeño Mateo siempre solía celebrar o demostrar su felicidad aleteando y dando saltitos sobre su mismo sitio, actitud que sus padres veían curiosa pero tierna. Otra actitud que causaba curiosidad en los padres era que, cuando Mateo encontraba algo que llamara su atención, no podía dejarlo pasar fácilmente: cuando una canción le gustaba no la dejaba de cantar durante horas, cuando aprendía un juego nuevo no dejaba de jugar durante días o semanas. Algo muy similar era con las normas o reglas: Mateo aprendía las normas o maneras en que se hacen las cosas, pero se le hacía complicado entender las excepciones. En ocasiones, los padres del niño ponían a calentar algún platillo en el microondas, pero ellos lo sacaban antes de que el tiempo del cronómetro terminara y el electrodoméstico emitiera su sonido de aviso. Cuando esto sucedía, Mateo entraba en una especie de cólera incontrolable, pues él argumentaba que la comida solo se debía sacar cuando el microondas avisara que la comida ya estaba caliente, que sacarla antes no estaba bien, que así no se hacen las cosas.
Los padres pensaban que su hijo era como un niño viejito y renegón, pero no caían en cuenta de que quizás su hijo podía o no tener alguna neurodivergencia. Lo único que los hacía sospechar de este tipo de condición era la capacidad física de su hijo, pues sus niveles de energía eran casi inagotables, el niño nunca se cansaba al momento de hacer actividad física o jugar. Todo cambió cuando comenzaron a llegar notificaciones de la escuela, donde se daba a conocer a los padres que el pequeño Mateo tenía problemas para mantenerse quieto, seguir indicaciones, discutir con sus compañeros y controlar sus impulsos, incluso ya había tenido una pelea con más de un compañerito. Si bien, académicamente, el niño de 7 años iba muy bien, su comportamiento era un caso aparte. Ante esta situación, los padres comenzaron a buscar soluciones al caso y consultaron con la psicóloga de la escuela. La psicóloga mencionó que el niño debía ser evaluado por un neuropediatra o un psiquiatra infantil. Este consejo los llevó a citarse con un psiquiatra, y luego de varias evaluaciones, se pudo determinar que el pequeño Mateo no era un niño curioso con aleteos por ser excéntrico, que su pensamiento rígido no lo hacía un niño viejito, que sus rabietas no lo hacían un niño problemático y que su exceso de energía tenía un motivo; lo único en que todos podían seguir coincidiendo, es que el niño era muy tierno.
Mateo fue diagnosticado con dos condiciones: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA) y Trastorno del Espectro Autista (TEA). Cuando el niño fue diagnosticado con TDHA y TEA, sus padres se empaparon de bibliografía sobre estos trastornos y pudieron entender mejor las actitudes que antes consideraban curiosidades o excentricidades de su pequeño. Al iniciar la terapia saltó un miedo en ellos, la terapia farmacológica era necesaria en compañía de otras terapias como la psicoterapia infantil y la terapia ocupacional. Sin embargo, al final los padres depositaron su confianza en las indicaciones del psiquiatra, y luego de algunos meses empezaron a notar cambios en la actitud de su hijo. Al final lo más adecuado era confiar en las indicaciones de un profesional de la salud mental como lo era el psiquiatra infantil de su hijo.
Hoy, el pequeño Mateo ya tiene 32 años, es ingeniero, está casado y se dedica a la programación. Por recomendación de su psiquiatra infantil empezó a practicar deportes para gastar las reservas de energía extra con las que llegó al mundo, y gracias a ese exceso de energía se dedicó a probar con varias disciplinas, pero decantó por el karate y nunca lo dejó porque así es Mateo, cuando algo le gusta puede hacerlo por horas, días o años. Su amor por el Karate lo llevó a ganar medallas, premios y tener muchos amigos que lo reconocían por su dedicación. Y es gracias a esa dedicación que pudo obtener una beca como deportista universitario para cursar sus estudios de ingeniería. Al final, los padres de Mateo entendieron que lo mejor que pudieron hacer cuando recibieron las notificaciones de la escuela fue reunirse con la psicóloga de la institución y seguir la recomendación de llevar a su hijo con un psiquiatra, cumplir con las terapias, darle la medicina y empaparse de bibliografía sobre su diagnóstico.
Realmente es necesario llevarlos a un psiquiatra infanto-juvenil
Para muchos padres, la mención de la psiquiatría infanto-juvenil puede sonar extraña y, por lo mismo, mantener cierto recelo a sus servicios. A grandes rasgos, esta rama de la psiquiatría se especializa en el diagnóstico y tratamiento de niños, adolescentes y adultos jóvenes. Esto le permite tener un mayor enfoque en todos los cambios que se presentan durante el crecimiento y los desafíos que se presentan durante la transición de niños a adolescentes y de adolescentes a adultos. Los psiquiatras infanto juveniles son médicos que a la par de las familias, trabajan en la gran variedad de trastornos que pueden surgir durante estas etapas. Como padres, llevamos la responsabilidad de custodiar el bienestar de nuestros hijos en todo momento. Es por esto que es sumamente importante brindarles una atención y tratamiento adecuado lo más pronto posible así como en el caso del pequeño Mateo, que gracias a la atención de sus padres pudo acceder a un tratamiento el cual le permitió desarrollarse de manera óptima y así lograr desenvolverse de forma autónoma en su entorno. Es necesario que les brindemos las mismas oportunidades a nuestros hijos; de no ser este el caso, los trastornos comunes durante su adolescencia como lo es la depresión, la ansiedad o el TDAH, pueden impactar en sus vidas de manera permanente. El papel del psiquiatra infanto juvenil es de prevención y acción inmediata; esta especialidad considera las necesidades únicas de los jóvenes, considerando los factores que impactan en su desarrollo. Su labor es importante, pues al intervenir temprano para optimizar el desarrollo de un niño o adolescente se puede prevenir complicaciones a futuro que afectarían su desarrollo saludable.
¿Cómo sé que mi hijo necesita un psiquiatra?
Así como tomar la decisión de llevar a nuestros pequeños con un psiquiatra puede resultar dura y complicada, se vuelve más confuso cuando no tenemos idea de cuándo o si es necesario hacerlo. Algunos signos relevantes que debemos tomar en consideración son los siguientes:
Si tu hijo muestra cambios en su comportamiento durante lapsos de tiempo largo que afectan de manera negativa su rendimiento escolar, social y familiar.
Si lo notas alejado de sus amistades recurrentes y muestra falta de interés en interacciones comunes, o si ha dejado de realizar actividades que solía disfrutar y ahora le resultan indiferentes.
Si su horario de sueño se ha visto afectado por alteraciones significativas o se muestra con cambios de apetito muy bruscos.
Si adopta comportamientos que ponen en riesgo su seguridad con autolesiones o exponiéndose a entornos que lo vulneran.
Si te notifican constantemente de un comportamiento indebido en la escuela con faltas de concentración o problemas de conducta con sus maestros y compañeros.
Si empieza a cambiar de manera brusca sus emociones, llegando a mostrar episodios de ira desenfrenada o cambiar de la euforia a la tristeza en instantes.
Si lo notas con emociones abrumadoras como la tristeza o la ira que duran mucho tiempo sin resolver.
Si estás viendo estas actitudes particulares en tu hijo y la escuela te está avisando que algo no anda bien, una visita con un profesional puede cambiarle la vida a tu hijo. En la ciudad de Lima contamos con cerca de 1000 psiquiatras colegiados. La salud mental y el desarrollo infantil son la base para una vida plena. No lo dudes, los servicios de un psiquiatra infantil en la ciudad de Lima son lo que necesitas para ayudar a tu hijo.
Cómo acceder a un buen psiquiatra infanto-juvenil
Lo primero que debemos saber al momento de buscar un psiquiatra infanto-juvenil es su calidad como profesional, no escatimemos en esfuerzos al momento de buscar información sobre su grado de formación y resultados de sus intervenciones. Nunca está de más buscar información sobre los mejores profesionales en colegios oficiales. Por otro lado, gracias a la modernización de la psiquiatría, ahora tenemos la posibilidad de acceder a estos servicios de manera virtual a tiempo real. Esto facilita la disponibilidad del servicio a la salud, pues ya no es necesario mantener una corta distancia con el consultorio o apegarse a horarios estrictos.
Tanto de manera presencial o virtual, es importante la interacción que tengamos con el médico, la cual se debe basar en la confianza, la empatía y la tolerancia. Recordemos que, si la interacción con el psiquiatra no es funcional, el tratamiento será más complicado de lo que debería. Recuerda, si sientes que la interacción del psiquiatra con tu hijo no está funcionando, no es malo volver a la búsqueda hasta encontrar al profesional que se adapte a tus necesidades y pueda ayudar al desarrollo óptimo de tu hijo.